2025: Año Internacional de la Preservación de los Glaciares
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29 DE JULIO DE 1966 / AUTONOMÍA UNIVERSITARIA VIOLADA
LA NOCHE DE LOS BASTONES LARGOSPor Elena Luz González Bazán especial para Latitud Periódico
29 de julio del 2025 *
El gobierno de facto del entonces general Juan Carlos Onganía, acompañado por las otras fuerzas armadas y parte de la sociedad civil, determinó por decreto la intervención en todas las universidades nacionales.
Esta dictadura ordena a la Policía Federal que irrumpa por la fuerza en las facultades, uno de los momentos más complejos será en la Facultad de Ciencias Exactas, cuyo Decano era Rolando García. En esa facultad se llevan detenidos luego de golpear a bastonazos a docentes y alumnos. La protesta era porque se terminaba, por decreto, con la AUTONOMÍA UNIVERSITARIA.
Fue una noche muy negra de las ciencias en nuestro país.
Hacía un mes que el digno doctor Arturo Illia había sido desalojado por la fuerza de la Casa Rosada, acompañado por unos pocos y con una sociedad que miró, como tantas veces, para otro lado.
Desde la Universidad Argentina, cuando ésta tenía una excelencia reconocida a nivel internacional, se opusieron a ese golpe de Estado y apoyaron la gestión de Illia. El repudio al golpe de Estado cívico militar fue el detonante para que el gobierno de facto de Onganía, utilizara la represión para terminar con la protesta. Por ello, esta no se hizo esperar.
La realidad de aquellos días se dio con partidos políticos inactivos, las instituciones cerradas, mientras muchos, parte de la sociedad miraba con cierto grado de expectativa a la nueva dictadura, autodenominada Revolución Argentina.
Es importante remarcar que en aquellos tiempos una parte importante del movimiento obrero resistía, lo hizo, el ejemplo más claro y enigmático para los dictadores será El Cordobazo. Por ello, no se puede ignorar que hubo un movimiento obrero que resistió a ésta y a todas las dictaduras.INTERVENIR PARA LUEGO REPRIMIR
Es así que decretó la intervención de las universidades nacionales y le ordenó al ejército y la policía que reprimiera, esto se tradujo en expulsar estudiantes, profesores y académicos argentinos y extranjeros de los claustros universitarios.
La destrucción fue completa, alcanzó a laboratorios, bibliotecas de las casas de altos estudios y de la reciente y novedosa, para el momento histórico, computadora adquirida.
Las universidades y centros académicos del mundo se dieron el lujo de recibir a nuestros expulsados profesores e investigadores de muchas disciplinas, esencialmente de las ciencias exactas.
Por supuesto, dejaron de funcionar los centros de estudiantes y los militantes fueron perseguidos.Esa larga noche se conoció como "La Noche de los Bastones Largos".
¿Cuántos hoy recuerdan aquella fecha?De aquel día se cumplen, este año, 59 años, que dejó las profundas huellas hacia el futuro; en este presente constante de la realidad universitaria.
Fue un viernes, aquel 29 de julio, cuando se difunde el decreto ley 16.912 que determina la intervención, prohibiendo la actividad política en las facultades y anula el gobierno tripartito (integrado por graduados, docentes y alumnos). Esta es la conocida Autonomía Universitaria.De tal forma, los rectores debieron convertirse en interventores, o sea, delegados del Ministerio de Educación, si querían seguir en sus puestos. Les dieron 48 horas de plazo para decidir si aceptaban o renunciaban, fue una clara imposición represiva.
La sede del Rectorado y las facultades de Arquitectura, Ciencias Exactas, Filosofía y Letras, Ingeniería y Medicina fueron ocupadas por autoridades, profesores y estudiantes con el objetivo de resistir la violación de la autonomía.
Esa noche, Onganía ordena a la Guardia de Infantería el desalojo de las sedes tomadas, pese a que las 48 horas de plazo todavía no se habían cumplido, comienza lo que se conoce como "Operación Escarmiento".
Hoy, la represión es más conocida o reconocida, aquí como ahora se utilizaron los gases lacrimógenos, culatazos y bastonazos.
Como corolario quedaron 400 estudiantes y profesores detenidos; renuncian a sus puestos todos los decanos de la UBA, también lo hicieron 1.400 docentes; más de trescientos científicos se fueron del país.Comenzó la caída abrupta y silenciosa, por momentos del deterioro educativo en la Argentina. De la excelencia a la actualidad.
*29 de julio del 2017, versión corregida y ampliada.
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