COLAPSO
EN EL TRANSPORTE
TRASTORNOS SEVEROS TANTO EN EL TRANSPORTE FERROVIARIO Y VIAL
Por
Juan Carlos Cena * especial para Latitud Periódico
20
de julio del 2011
Está
verificado, por los estudios realizados, que hay una accidentología
en el transporte ferroviario y que marcan un crecimiento hacia
el siniestro.
En el plano de rutas y en la ciudad, la siniestralidad está
instalada.
Transporte
Ferroviario
Se
ha verificado, a través de estudios basados, en la experiencia
de la accidentologia del transporte ferroviario, que las indagaciones
nos marcan la tendencia del crecimiento de los siniestros ferroviarios,
tanto en los trenes suburbanos de pasajeros concesionados, como
de carga, por falta de mantenimiento preventivo integral, a
pesar de los abultados subsidios otorgados a los primeros y
los no pagos de cánones en los trenes cargueros.
Debemos
señalar que las infraestructuras ferroviarias y viales
son cada día más obsoletas, no hay mejoras, cuestión
que encarece fletes, pasajes de corta, media y larga distancia,
a pesar de los voluminosos beneficios que les otorga el gobierno
nacional.
Los
accidentes de trenes dejan 1,5 muertes por día. La cantidad
de personas arrolladas por trenes totalizaron: 1.591 personas
entre 2003 y 2005, lo que representa un promedio de un caso
y medio de muertes por día, sólo en los ferrocarriles
del área metropolitana (Gran Buenos Aires), concluyó
un informe de la Superintendencia de Riesgos de Trabajo (SRT),
que alertó que "estos hechos resultan traumáticos
para los trabajadores ferroviarios".
De acuerdo al análisis, existen "signos que se manifiestan
y que se vinculan con el Trastorno de Estrés Postraumático
en maquinistas de trenes que han participado en arrollamientos
de personas y vehículos".
La
muestra sobre la cual trabajaron los investigadores de la SRT
estuvo compuesta por 201 trabajadores maquinistas, de los cuales
el 47 por ciento son conductores de Diesel; 27 son ayudantes;
y 26 son de trenes eléctricos.
Según
la información provista por los encuestados, el promedio
de edad es de 42 años y el promedio de antigüedad
en el trabajo es de 18 años. Todos los entrevistados
participaron en, al menos, un arrollamiento. Antes los maquinistas
o conductores trabajaban 8 horas como máximo, luego eran
relevados. A la flexibilización laboral hay que sumarle
el abuso patronal más la complicidad sindical, que trae
como consecuencia viene el Trastorno del Estrés Postraumático.
Todo esto se oculta. Las estadísticas mienten y la mentira
se enseñorea.
Coincidiendo con todo lo que venimos señalado desde el
Mo.Na.Re.FA Eduardo Mondino, ex-Defensor Pueblo de la Nación,
dijo en el marco del 2° Congreso Argentino de Accidentes
de Tránsito y 1° Congreso Argentino de Evaluación
de Salud y Valoración del Daño Corporal, que se
celebró en la ciudad de Mendoza, expuso sobre la Iniciativa
Popular "Porque la vida vale" que está impulsando
en todo el país y que procura implementar un Plan Integral
de Seguridad Vial para contrarrestar el flagelo de siniestros
viales que se viene cobrando un promedio de 28 vidas diarias
en nuestro país.
El ex ombudsman Eduardo Mondino señaló, en esa
oportunidad, que "Argentina ha dejado de ser un país
con accidentes para pasar a ser un país con siniestros,
por lo que debemos referirnos a la existencia de una verdadera
endemia social. Como estos siniestros son el resultado de una
sumatoria de factores predeterminados y evitables, se advierte
la necesidad de una política de Estado para prevenirlos".
Eduardo
Mondino punteó, entre otras cuestiones, que deben atribuirse
responsabilidades correctamente: "A una sociedad anómica
se suma un Estado ausente o, en el mejor de los casos, con acciones
meramente espasmódicas y por lo general superficiales".
Durante 2006 se produjeron, por siniestros viales ocurridos
en todo el país, 7.557 víctimas fatales. El Defensor
nacional llamó luego la atención sobre el incremento
de siniestros viales que generaron lesiones o muertes en los
últimos 8 años: en 1999 hubo 74.547 siniestros
y en 2006 llegaron a 126.016 los siniestros. Las pérdidas
económicas estimadas por siniestros viales alcanzaron
los 1.000 millones de pesos entre julio de 2006 y julio de 2007.
Eduardo
Mondino enfatizó que: la desarticulación de la
red ferroviaria nacional y las pésimas condiciones de
los servicios ferroviarios existentes han causado un inusitado
crecimiento del tránsito vehicular a motor "para
el cual Argentina no está preparada ni en su infraestructura
ni en lo relativo a su desarrollo normativo¨. El ex ombudsman
expuso detalladamente la Iniciativa Popular por la que viene
bregando desde fines del año pasado y que propone, en
sus lineamientos más importantes:
-Declarar
la emergencia vial por dos años; -Cumplimentar acciones
positivas ordinarias y extraordinarias e incrementar la cantidad,
intensidad, calidad y efectividad de los controles;
-Informar mensualmente operativos, personal, ámbito territorial,
etc., -Formular mapa de zonas de alto riesgo,
-Crear la Autoridad Nacional de Seguridad Vial en el ámbito
del Poder Ejecutivo Nacional, -Poner en ejecución plena
el registro Nacional de Antecedentes del Tránsito,
-Coordinar la unificación de los principios normativos
de circulación terrestre y las políticas de seguridad
y educación vial.
Finalmente, Eduardo Mondino señaló que con el
respaldo de la comunidad y por la protección de los derechos
humanos de todas las ciudadanas y ciudadanos "reuniremos
las 400.000 adhesiones necesarias para presentar este proyecto
de ley al Congreso de la Nación para que se ponga en
ejecución plena e integral el Plan Estratégico
Nacional de Seguridad Vial".
LA SINIESTRALIDAD ES HOY UNA REALIDAD, SUPERÓ
A LA ACCIDENTOLOGÍA
La Ciudad y las rutas
Por
otro lado, un informe del Departamento de Prevención
de Heridas y Violencia de la Organización Mundial de
la Salud (OMS) sostiene que los accidentes de tránsito
matan, en el mundo, a 1,2 millones de personas cada año
y 400.000 son jóvenes menores de 25 años.
El año 2008 fue una continuidad acelerada del anterior,
llamado “el año de la seguridad vial”, que,
según, la organización no gubernamental.
Luchemos
por la Vida, el año que pasó, informó que
aproximadamente más de 8.000 personas perdieron la vida.
El
Instituto de Seguridad y Educación Vial (ISEV) asevera
que la tasa de mortalidad en accidentes de tránsito aumentó
en un 28,5 cada 100.000 habitantes, lo cual representa un aumento
sustancial, si se tiene en cuenta que durante el 2006, el índice
había sido del 26,2. La tasa de mortalidad de la Argentina
es la segunda más alta de América Latina, sólo
superada por México (28,9), muy lejos de Venezuela (19,3),
Brasil (18,5), Uruguay (17,2) y Chile (13,1). Los datos divulgados
por el IVEV alarman si se compara con el 2007 con el año
anterior. El índice de mortalidad subió un 10
por ciento, el de la cantidad de lesionados el 15,3 por ciento,
y el siniestros graves es del 21,4 por ciento.
La
misma organización, Luchemos por la Vida, lleva un recuento
de la cantidad de muertos a partir de las estadísticas
oficiales. Si bien son cifras provisorias, no dejan de ser espeluznantes
y confirma lo graficado por el ex Ombudsman, Eduardo Mondino,
habla del país de los siniestros no de los accidentes.
La cifra de 8.014 personas fallecidas en el 2007 implica un
promedio de unas 668 víctimas por mes y un promedio de
22 muertes por día. Comparado con el año anterior,
hubo 547 muertos más. En enero del 2008 hubo 100 muertes
en las rutas y 115 fueron los heridos. Las perspectivas que
ofrece la Argentina del siniestro, es patética.
Estas
apreciaciones corresponderían al transporte automotor
en general, pero no mencionan que una de las causales es la
ausencia del ferrocarril. Con respecto a lo territorial, el
ex Ombudsman Eduardo Mondino señalaba como con fuerza,
la catastrófica ausencia del ferrocarril por toda la
geografía nacional. Esa retirada, trajo consigo que el
ferrocarril dejaba de ser un elemento integrador y vertebrador
de las economías regionales, comunicación y cultura,
privación grave que ha generado una despoblación
nacional, cuestión graficada en casi 1.200 pueblos fantasmas.
Solamente en la provincia de Buenos Aires 236 pueblos abandonados.
Pero lo que no se puede cuantificar ni graficar son los padeceres
y angustias que sufren sus pobladores al abandonar sus hogares
y afectos, sus cementerios y sus muertos, plazas, casas, animales…
el paisaje y esas cosas de cada uno, es decir, los afectos del
terruño.
La
falta de comunicación zonal es una cuestión significante,
profunda. A la comunidad, al comprobar la ausencia de este medio,
le genera un vacío, un hueco, una oquedad que no es cubierta
por nada, el habitante migra junto al otro, buscando la integralidad
con el otro, se van del lugar. Estos antiguos habitantes del
territorio se transforman en extraños emigrantes dentro
de su propio territorio. Ese abandono ha contribuido a la disgregación
nacional. Para el gobierno que se fue y éste, esa manifestación,
es secundaria. No tiene importancia ni incidencia electoral.
Más precisamente, es ignorada, no es que pase desapercibida
a sus ojos, no se las tiene en cuenta a pesar de tenerla contabilizada.
Al no tenerla en cuenta, no interviene para enmendar ese aislacionismo
comunicacional, y al no tenerla en cuenta, es no tener en cuenta
al ser que habita ese lugar, lo deja abandonado, es decir, tenemos
que deducir que el gobierno nacional no tiene sensibilidad.
•
Juan Carlos Cena experto en Transporte.
FUENTES:
Luchar por la vida, diarios y medios por internet, fuentes propias.
Caracteres:
9.568