RAMÓN
CARRILLO / MÉDICO SANITARISTA
Por
Elena Luz González Bazán especial para Latitud
Periódico
10
de agosto del 2013
Solo
sirven las conquistas científicas sobre la salud si éstas
son accesibles al pueblo.
Ramón
Carrillo nace en la provincia de Santiago del Estero el 7 de
mayo de 1906. Era el mayor de once hermanos, se llamaba igual
que su padre, el mismo era periodista, profesor y político;
su madre era María Salomé Gómez.
Cursa
sus estudios primarios en la Escuela Normal "Manuel Belgrano"
y tras finalizarlos ingresó en el Colegio Nacional de
Santiago del Estero, termina su escuela secundaria en 1923 y
recibe la Medalla de Oro por su dedicación y estudio.
Al
año siguiente, en 1924, se viene para Buenos Aires para
ingresar en la Facultad de Ciencias Médicas de Buenos
Aires, UBA. En 1927 obtiene, por concurso, el cargo de practicante
en el Hospital Nacional de Clínicas, se recibe en 1929
y nuevamente, recibe la Medalla de Oro por su trabajo, estudio
y dedicación.
Al
año siguiente y hasta 1933 realiza estudios de postgrado
en Ámsterdam, Holanda, en los Países Bajos, París,
capital de Francia y Berlín, capital de Alemania.
Regresa
a la Argentina, luego del golpe contra Hipólito Yrigoyen,
golpe que sirve para entronizar nuevamente la Década
Infame, entre 1930 y 1943, cuando se produce el golpe militar
contra el expresidente Ramón S. Castillo.
En
una carrera meteórica, en el 37, Carrillo ingresó
como profesor en la Facultad de Ciencias Médicas de Buenos
Aires. En 1944 crea el Instituto Nacional de Neurocirugía.
Ese
mismo año fue elegido Consejero de la Facultad de Medicina
y luego Decano Interino en 1945. Organiza la Escuela de Posgraduados
y es su primer presidente de la Escuela de Posgraduados en la
Facultad de Medicina, con orientación hacia la medicina
social y preventiva.
Funda,
además, la Sociedad Argentina de Historia de la Medicina
e impulsa, junto a colegas de Uruguay, Brasil y Chile, los congresos
Latinoamericanos de Neurocirugía.
Mientras
trabajaba en el Hospital Militar conoce al entonces coronel
Juan Domingo Perón, paciente con quien compartía
largas conversaciones y quien le insistía en involucrarse
en política. Con la llegada a la presidencia de Juan
Domingo Perón (1946-1952), Ramón Carrillo fue
confirmado al frente del Ministerio de Salud Pública
y Asistencia Social de la Nación, antes Secretaría
de Salud Pública.
A
la obra de salud de Ramón Carrillo se le debe la erradicación
de enfermedades endémicas como:
•
el paludismo,
• la disminución impresionante de los índices
de tuberculosis,
• las enfermedades venéreas y mortalidad infantil.
Con
el primer plan quinquenal se crearon hospitales, aumentando
el número de camas, perfeccionamiento del personal médico,
enfermería y de los trabajadores de la salud.
Carrillo
deja su cargo en 1954 meses antes del golpe contra Perón,
se exilia en Brasil y muere en la total pobreza.
FRASES
QUE DEBEMOS CONOCER
Si
yo desaparezco, queda mi obra y queda la verdad sobre mi gigantesco
esfuerzo donde dejé mi vida.
De
nada sirven las conquistas de la técnica médica
si ésta no puede llegar al pueblo por los medios adecuados.
Saber
que siempre hay alguien más desgraciado que uno, más
necesitado de una sonrisa y de un gesto cordial o de una ayuda.
Se
requiere saber mucho, y conocer muchas cosas para ser leal;
dentro del grupo de hombres inteligentes es donde cuesta más
esfuerzo.
(...)
No tengo odios y he juzgado y tratado a los hombres siempre
por su lado bueno, buscando el rincón que en cada uno
de nosotros alberga el soplo divino.
La
naturaleza humana no es buena ni mala; es neutra y está
condicionada al grupo, al desarrollo mental, a las circunstancias,
al medio y a las oportunidades.
La
alegría es el goce más barato...Y sin embargo
¡Cuánto poder!
Mientras
los médicos sigamos viendo enfermedades y olvidemos al
enfermo como una unidad biológica, psicológica
y social, seremos simples zapateros remendones de la personalidad
humana.
En
una sociedad no deben ni pueden existir clases sociales definidas
por índices económicos. El hombre no es un ser
económico. Lo económico hace en él a su
necesidad, no a su dignidad.
Frente a las enfermedades que genera la miseria, frente a la
tristeza, la angustia y el infortunio social de los pueblos,
los microbios, como causas de enfermedad, son unas pobres causas.
Nuestras
verdades no deben ser dichas a los demás sino en lenguaje
metafórico o parabólico, porque a la verdad desnuda
no la comprende nadie o la entienden mal y se volverá
contra nosotros.
La
Lealtad es cosa de la que todo el mundo habla y muy pocos la
practican, por la sencilla razón de que no es una posición
espiritual al alcance de todo el mundo, ni todo el mundo está
preparado para ser leal.
La
utopía es pensar y anhelar algo que parece imposible
algo digno de la condición de los hombres. Ponerse a
trabajar, marginalmente en la utopía, pero tomando las
precauciones para que nunca se cumpla del todo.
Los
problemas de la Medicina como rama del Estado, no pueden resolverse
si la política sanitaria no está respaldada por
una política social. Del mismo modo que no puede haber
una política social sin una economía organizada
en beneficio de la mayoría.
Debemos
pensar que el enfermo es un hombre que es también un
padre de familia, un individuo que trabaja y que sufre; y que
todas esas circunstancias influyen, a veces, mucho más
que una determinada cantidad de glucosa en la sangre. Así
humanizaremos la medicina.
RAMÓN
CARRILLO / Ministro de Salud Pública de la Nación
1946-1954
FUENTES:
frases y pensamientos, varios y propias.
Caracteres:
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